Diabetes tipo 2: causas, factores de riesgo, síntomas

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Existe un estereotipo de que la diabetes se desarrolla en quienes consumen muchos dulces. En realidad, es una patología mucho más compleja, que solo en parte depende de la alimentación y puede desarrollarse en cualquier persona.

La diabetes es un grupo de enfermedades relacionadas con trastornos del metabolismo. Las personas con diabetes no pueden absorber adecuadamente los carbohidratos. Como resultado, tienen una concentración significativamente alta de glucosa (azúcar en la sangre), que sirve como la principal fuente de energía en el cuerpo.

La diabetes tipo 2 – es una enfermedad crónica caracterizada por un trastorno en el metabolismo de la glucosa.

En la diabetes tipo 2 el proceso de absorción de glucosa por las células se ve alterado, ya que los receptores de las membranas celulares se vuelven insensibles a la acción de la insulina y se desarrolla la llamada resistencia a la insulina.

El páncreas produce suficiente insulina, pero las células son insensibles, resistentes a ella, por lo que no pueden absorber la glucosa y esta se acumula en la sangre.

El exceso de glucosa tiene un efecto tóxico y destruye las paredes de los vasos sanguíneos, las fibras nerviosas y los órganos internos. Las células del páncreas se dañan y la situación se agrava con la deficiencia de insulina. Las alteraciones en los procesos metabólicos provocan cambios patológicos en varios órganos y sistemas.

Prevalencia de la diabetes

Hace 30 años, el número de personas con diabetes en el mundo no superaba los 130 millones. En 2019, esa cifra aumentó a 463 millones, y para 2040, se estima que la cantidad total de personas que viven con diabetes en el mundo podría alcanzar los 700 millones.

En 2019, la diabetes fue la causa directa de 1,5 millones de muertes en todo el mundo. En el 50% de los casos, la enfermedad resultó fatal en personas menores de 70 años. En el 50% de los casos, los pacientes fallecieron debido a complicaciones de la enfermedad: insuficiencia renal, daños cardíacos y vasculares.

Aproximadamente la mitad de las personas que viven con diabetes tipo 2 no saben que tienen la enfermedad, lo que conduce a su progresión y a complicaciones graves. A menudo, pueden pasar años desde la aparición de los primeros síntomas hasta el diagnóstico.

Causas de la diabetes tipo 2

La diabetes se desarrolla por diversas causas. Algunos tipos de la enfermedad tienen un origen genético, mientras que otros están relacionados con el estilo de vida o factores ambientales.

La diabetes tipo 2 surge por dos razones principales:
1. El páncreas deja de producir suficiente insulina.
2. Las células del cuerpo pierden sensibilidad a la insulina (resistencia a la insulina).

Causas comunes de la diabetes:

  • Disfunción del sistema inmunológico, que lleva a atacar las células del páncreas;
  • Alteraciones genéticas que reducen la sensibilidad de los tejidos a la glucosa, alteran la función del páncreas y disminuyen o detienen completamente la síntesis de insulina necesaria para la absorción de glucosa;
  • Infecciones virales: los virus Coxsackie, rubéola, Epstein-Barr y retrovirus pueden infiltrarse en las células del páncreas y dañar el órgano;
  • Enfermedades crónicas que afectan al páncreas: fibrosis quística, pancreatitis, hemocromatosis;
  • Enfermedades endocrinas: síndrome de Cushing, acromegalia;
  • Toxinas (por ejemplo, rodenticidas utilizados para eliminar roedores, metales pesados, nitratos);
  • Características de la dieta: el exceso de grasas y carbohidratos simples en la dieta puede llevar a la obesidad y reducir la sensibilidad de las células a la insulina;
  • Medicamentos: algunos fármacos hormonales (en particular, glucocorticoides), ciertos medicamentos para tratar enfermedades del corazón y del sistema nervioso, y preparados de vitaminas del grupo B (cuando se consumen en exceso).

Factores de riesgo de la diabetes tipo II

  • Sobrepeso y obesidad;
  • Dieta y hábitos alimentarios inadecuados;
  • Estilo de vida sedentario (sin actividad física, la glucosa se descompone más lentamente, por lo que las células pueden volverse menos sensibles a la insulina);
  • Predisposición genética;
  • Diabetes en familiares consanguíneos;
  • Edad mayor de 45 años;
  • Prediabetes: estado en el que el nivel de glucosa en sangre se mantiene en el límite superior de lo normal durante mucho tiempo. Se habla de prediabetes si el análisis muestra valores entre 5,6 y 6,9 mmol/L;
  • Diabetes gestacional (diabetes durante el embarazo);
  • Nacimiento de un bebé con un peso superior a 4 kg;
  • Depresión;
  • Estrés crónico;
  • Enfermedades cardiovasculares;
  • Hipertensión arterial (presión superior a 140/90 mm Hg);
  • Niveles altos de colesterol “malo” de alta densidad (más de 0,9 mmol/L) y triglicéridos (más de 2,82 mmol/L);
  • Síndrome de ovario poliquístico;
  • Tabaquismo (activo y pasivo);
  • Abuso de alcohol;
  • Trastornos del sueño;
  • Presencia de enfermedades concomitantes (por ejemplo, síndrome metabólico).

Es importante señalar que la presencia del síndrome metabólico aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en cinco veces.

Los exámenes preventivos regulares, especialmente para las personas en riesgo, pueden ayudar a detectar la enfermedad en una etapa temprana y comenzar el tratamiento oportunamente.

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Síntomas de la diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 a menudo se desarrolla lentamente y puede ser asintomática durante mucho tiempo. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer los siguientes síntomas:

  • Aumento de la sed (polidipsia);
  • Micción frecuente (poliuria);
  • Hambre extrema y aumento del apetito;
  • Pérdida de peso inexplicable;
  • Falta de energía, fatiga y debilidad;
  • Visión borrosa y nublada;
  • Entumecimiento y hormigueo en manos y pies;
  • Lentitud en la cicatrización de heridas e infecciones recurrentes.

Muchas personas con diabetes tipo 2 no son conscientes de su condición durante mucho tiempo, ya que los síntomas de la enfermedad suelen ser menos evidentes que los de la diabetes tipo 1, y pueden pasar años antes de recibir un diagnóstico.

Síntomas secundarios de la diabetes

  • Picazón en la piel;
  • Náuseas;
  • Vómitos;
  • Dolor abdominal;
  • Sequedad en la boca;
  • Debilidad muscular;
  • Visión borrosa;
  • Heridas que tardan en sanar;
  • Entumecimiento en los dedos de manos o pies;
  • Dermopatía diabética: manchas pigmentadas con atrofia y descamación de la piel, ubicadas en los pliegues de las extremidades inferiores, que a menudo aparecen debido a la mala cicatrización de heridas en las espinillas;
  • Pénfigo diabético: ampollas en las extremidades inferiores que varían en tamaño desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Aparecen con mayor frecuencia en pacientes mayores con diabetes de larga duración;
  • Dolor de cabeza;
  • Aliento con olor a acetona;
  • Acanthosis nigricans: oscurecimiento de la piel en el cuello, axilas, codos y rodillas.

Conclusión

Si una persona presenta síntomas de alta concentración de azúcar en la sangre, como sed constante, micción frecuente, debilidad general, problemas de visión y entumecimiento en las extremidades, debe acudir al médico general lo antes posible. Sin embargo, la diabetes suele desarrollarse sin síntomas, por lo que se recomienda a todas las personas someterse a un examen de detección una vez al año para identificar la enfermedad en sus etapas tempranas y prevenir complicaciones.

¿A qué médico acudir si se sospecha de diabetes?

Por lo general, las personas primero consultan a un médico general. Si se sospecha de diabetes, este las remite a un especialista en patologías metabólicas, es decir, a un endocrinólogo. Durante la consulta, el médico realizará una entrevista y un examen, y para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la diabetes, ordenará pruebas de laboratorio y estudios instrumentales.

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